
Nombre: Claire
Nace: 26 octubre 1953, París (Francia)
Padres: Louis y Solange
Estudios: Letras en Toulouse y restauración de arte en Roma
Muere: Toulouse, 22 enero 1975
Proceso de beatificación iniciado en 1990
Su vida
Su padre, viudo, se casó con su madre de la que fue la única hija. Cinco hermanos y hermanas mayores la acogen con alegría. Son muy cristianos. Pasa los primeros años de su vida en Rabat (Marruecos) por el trabajo de su padre, pero en 1958 la familia vuelve a Francia, a una finca que tienen en el campo -Le Lauret- (Gers) con una casa grande y una granja. Clara, muy inteligente y precoz, a los 5 años y medio hace su primera comunión. Tiene un sentido religioso muy despierto. Le dice a su papá que ya sabe lo que quiere ser de mayor. ‘¿Religiosa? - ¡No, mucho más que eso! – ‘Quiero ser santa…’
Es alegre, espontánea, muy amiga de la naturaleza. Tiene sentido de la belleza. En 1964 estudia interna en Toulouse en el Colegio del Sagrado Corazón. Terminará su bachillerato en 1971. Estudia Historia del arte en la Universidad y prepara oposiciones para el Instituto Estatal de Restauración de Roma. Consigue una de las tres plazas para extranjeros. En Roma se aloja con dos compañeras que se dicen ateas y les gusta divertirse. Clara pasa una crisis fuerte. Le dicen: “Ya verás, antes de un año serás tan atea como nosotras”. Reacciona y en septiembre de 1974 otra amiga le invita a pasar tres semanas recorriendo a pie Tierra Santa con un grupo de jóvenes y un sacerdote dominico: “Estoy convirtiéndome del todo… estoy comprendiendo el sentido de la palabra Amor de Dios”. En octubre le mandan a Asís para restaurar frescos en la Basílica inferior de San Francisco. Es feliz. Vuelve a casa en vacaciones de Navidad. Antes de volver a Roma enferma gravemente. Fallece en un hospital de Toulouse en enero de 1975.
Un momento de gracia en su vida
En octubre de 1974 va a Asís para participar en la restauración de algunos frescos en la Basílica de San Francisco. Clara decide alojarse en un convento de Benedictinas. ¡Cual es su alegría cuando le toca restaurar el fresco que representa su patrona santa Clara! Luego le toca la capilla de Simone Martini. Escribe feliz a su hermana:
“Me encuentro en un momento escogido de mi vida. Dos meses restaurando ¡sí! los frescos de Simone Martini en la basílica inferior. Es todo un programa. Hemos venido todo el Instituto y es fantástico pasar nuestras jornadas ante estos frescos maravillosos, tan llenos de una espiritualidad que no puede menos de llegarnos muy adentro. Es increíble cómo este tipo puede llegar a hacernos pasar su alma en la nuestra mientras lo vamos restaurando.
Me esmero, me esmero… vuelco toda mi inteligencia y mi corazón, con ese apasionamiento que bien conoces. Acabo reventada, tanto es el celo con que me entrego. Me siento muy feliz y aprendo por experiencia que hay siempre una felicidad más profunda de lo que creemos.
Siento una felicidad renovada yendo a misa cada día, leyendo a san Ignacio de Antioquía…”
Para meditar: unos pensamientos suyos
- “Salgo de misa. Estoy llena de Dios, no te puedes imaginar hasta qué punto. Y volviendo en mobilete rezaba muy fuerte para que puedas compartir esta plenitud conmigo.” (a una amiga desde Toulouse)
- “Tengo ganas de hacer feliz a todo el mundo. Me parece que esta debe ser la alegría de los hijos de Dios. ¡La busco desde hace tanto tiempo!”
- “Soy muy consciente que con una palabra, una mirada, un gesto, tendría dos o tres tras de mí. Entonces rezo, rezo para tener el valor, diría incluso el heroísmo, de resistir, de no tener ningún ‘ragazzo’ antes de mi noviazgo. Aparte de mi dignidad que quiero salvaguardar (obra maestra en peligro) quiero permanecer intacta para aquel con quien me case.”
- “Me digo que en medio de este barro pagano, quiero florecer para Dios, por tanto vivir a Dios, por tanto la alegría de Dios”.
- “La alegría de Dios es cuando Dios toma más lugar en mi alma que todo el lado humano y desesperante”.
Para rezar con ella y como ella
“¡Oh María Inmaculada,
te confío la pureza de mi corazón;
guárdamela para siempre!”
(Lo reza siempre desde sus 10 años)
“Señor Jesús, ayúdame a comprender
por qué el mundo está tan desunido.
Tú eres el que más sufre con ello,
pues has predicado la unidad y la caridad:
‘Amaos los unos a los otros como mi Padre os ama’.”
¿Y yo?
¿Cuido la limpieza de mi corazón? ¿Pido ayuda al Señor y a María?